Un grupo de astrónomos descubrió la presencia de estrellas masivas en proto-cúmulos globulares, que fueron posibles gracias a la potente visión infrarroja del telescopio. Los resultados se publicaron en la revista Astronomy & Astrophysics.
En la publicación especializada detallaron que el hallazgo ocurrió cuando el telescopio espacial captó la luz emitida por GN-z11, una de las galaxias más lejanas, ubicada a 13.300 millones de años luz, lo que proporcionó información fundamental para la investigación.
El James Webb es un observatorio espacial desarrollado a través de la colaboración de 14 países, construido y operado conjuntamente por la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA para sustituir los telescopios Hubble y Spitzer.
El profesor ICREA en la Universidad de Barcelona y coautor del estudio, Mark Gieles, describió el hallazgo: “Los cúmulos globulares tienen entre 10.000 y 13.000 millones de años, mientras que la vida máxima de las superestrellas es de dos millones de años. Por lo tanto, desaparecieron muy pronto de los cúmulos que se pueden observar actualmente. Solo quedan rastros indirectos”.