El asunto es que la violencia sexual tiene un espectro tan amplio que muchas de sus expresiones han llegado a ser consideradas como un “hecho normal” en nuestra sociedad, inclusive se canta sobre ella; y lo más grave de esto es que la población no reconoce como delitos los abusos en los que incurre; no los previene, y los incentiva.
Paralelamente, las autoridades no están preparadas para atacar, investigar, enjuiciar ni condenar a los infractores, lo que estimula la impunidad que agrava el problema.
Cifras aterradoras
El informe “Violencia sexual en Venezuela: Prevalencia de casos, riesgos y niveles de acceso a la justicia, en el marco de la pandemia por Covid-19”, elaborado por la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), presenta cifras espeluznantes sobre el problema.
Según ONU Mujeres, 736 millones de mujeres, o sea una de cada tres, ha sufrido alguna forma de violencia física o sexual; son dos veces la población de Estados Unidos o casi tres veces los habitantes de Brasil. Además, advirtió que para 2022 más de 640 millones de mujeres y adolescentes fueron violadas, o sufrieron de tocamientos sin penetración.
En 2017 Unicef asegura que 15 millones de adolescentes experimentaron relaciones sexuales forzadas, sin contar con que alrededor de 70% de las mujeres del mundo, o sea a unas 2.786 millones, son afectadas por acoso sexual callejero.
Avesa entrevistó a víctimas. Señala que 40% de las personas sufrieron algún tipo de violencia sexual en sus vidas. 60% de la población trans sufrió la misma clase de violencia; con 50% de victimización se presentan niñas, adolescentes y gays, mientras que 40% de mujeres hetero y/o lesbianas sufrieron este tipo de delitos.
Con respecto a las cifras globales de abuso sexual infantil, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que para 2013 alrededor del 27% de las niñas y 14% de los niños fueron víctimas de violencia sexual alguna vez.
Siguiendo los datos de esta investigación, la situación es devastadora, ya que se calcula que ocho de cada diez personas fueron víctimas de violencia sexual durante su infancia.
Tipos de abuso
El informe de Avesa agrega que las niñas y adolescentes mujeres experimentaron: violencia sexual informática leve (79%), lo que puede entenderse como la recepción de material de índole sexual no solicitado; 76% se vio obligada a participar en conversaciones sexuales forzadas, y 88% fue víctima de acoso sexual o fueron tocadas en sitios públicos.
En los niños, y adolescentes hombres, 30% reconoció haber sido víctima de violencia sexual informática leve; 25% vivió acoso sexual, 14% sostuvo relaciones sexuales a cambio de dinero y, de ese porcentaje, el 93% sostuvo actos lascivos sin penetración.
El hombre: lobo del hombre
Otro dato impactante es que en 94% de los casos de abuso contra personas adultas los agresores fueron hombres, y en los casos de abuso contra niños, niñas y adolescente lo fueron en 99% de los casos.
Es importante destacar que también existen mujeres agresoras de hombres heterosexuales, aunque estas alcanzan el 31,3% de los casos. El resto de los agresores de este grupo siguen siendo mayoritariamente otros hombres (68,7%).
Las consecuencias
El informe además se adentra en las consecuencias directas de la violencia sexual: 16% de las víctimas sufrió algún tipo de daño a su salud física, 60% sufrió daños psicológicos, 30% contrajo infecciones de transmisión sexual y 8% sufrió embarazos no deseados. Además se registró 7% de abortos inseguros entre la población adulta.
A nivel psicológico, 70% relató padecer de ansiedad, 60% sufrió estrés postraumático y depresión, 65% presentó dificultades del sueño, 50% manifestó inapetencia sexual posterior al hecho y 23% declaró haber experimentado ideas suicidas o intentó suicidarse.
Es necesario educar y orientar para prevenir
Con respecto al tema, Magdymar León, coordinadora ejecutiva de Avesa, destaca el valor de la educación y la instrucción en la prevención de la violencia sexual y en su ataque, así como en la orientación para que las víctimas sepan cómo actuar en caso de que ocurran abusos.
“En Avesa nos preocupa muchísimo la escasa educación sexual integral que tenemos en el país. El vacío que hay en las instituciones educativas, aunque existen lineamientos curriculares, normas y pautas escritas sobre la materia, que en la práctica no se aplican, en gran medida como consecuencia de la falta de capacitación a los docentes”, indica
Continúa reflexionando al señalar que “los medios de comunicación hacen muy poco, se habla de la violencia sexual privilegiando a la violación, no hablan de sus formas, o de ese gradiente que va desde las formas sutiles de violencia sexual hasta las más complejas”.
Destaca que no existe una única forma de violencia sexual, tenemos una gran diversidad, y dependiendo de nuestras características, edad, género, orientación sexual, podemos estar más expuestos a unas o a otras, y de eso no se habla”.
Sin embargo no deja de reconocer que “ha habido un mayor reconocimiento de la violencia sexual en términos generales gracias a la pandemia, pero eso no es suficiente, de modo que hay que mejorar y hay que avanzar en dar información. Yo creo que ese es el trabajo que nos corresponde de aquí en adelante”, concluye León.