Por Ignacio Serrano
El cambio que Tiburones y Bravos cerraron esta semana en la LVBP no parece ser el típico canje de grandeligas que semeja más bien un mero traspaso de barajitas. Porque, a diferencia de otros bigleaguers ausentes del beisbol invernal, esta vez se trata de figuras a quienes La Guaira y Margarita podrían ver activos en la temporada 2024-2025.
El relevista José Quijada pasó del litoral central a la isla. Y el campocorto Gabriel Arias hace el camino en la otra dirección.
Los Bravos son la tercera organización en Venezuela para Quijada, tras pasar por Caribes y Tiburones. A pesar de ser pitcher, se las arregló para venir a la LVBP con indígenas y escualos. E incluso llegó a ser el cerrador de La Guaira en la edición subcampeona de los salados, en la 2022-2023.
«Siempre había querido jugar con Bravos», le dijo el zurdo a la periodista Trina Ballesteros. ¿Será una mera cortesía o hablará desde el corazón? Según la gerencia, es lo segundo. Y si es así, son buenas noticias.
Arias llegó a Margarita desde los Tigres de Aragua, a cambio del lanzador Yonny Chirinos, también bigleaguer. Y acá estamos ante la continuación de una apuesta insular. Chirinos tenía 7 años sin reportarse. Dado el desapego, valía la pena ver si otro jugador de jerarquía podía decir presente en su lugar.
Esa primera apuesta falló, porque el derecho lanzó con los bengalíes en la 2023-2024 y el shortstop volvió a ausentarse de la LVBP. Así que la oficina oriental vuelve a accionar, para ver si Quijada puede convertirse en la respuesta definitiva al planteamiento de septiembre pasado.
No es mala la decisión. O al menos no lo es en apariencia. Aunque hay razones para pensar que el infielder esta vez sí jugará, también las hay para creerlo en el caso del cerrojo. Y sumar pitcheo del bueno siempre es ganancia en el beisbol invernal.
José Quijada está por completar su proceso de rehabilitación, tras ser sometido hace poco más de un año a la Cirugía Tommy John. Terminará sumando unos 25 o 30 innings en 2024, luego de apenas tirar 9 entradas en 2023. No le hará mal sumar más episodios, para llegar a tope al próximo Spring Training. Y por ser natural de Caripito, tendrá más posibilidades de contar con familiares y amigos de visita en el Stadium Nueva Esparta de Guatamare.
Ya el gerente deportivo José Manuel Fernández adelantó que el siniestro será una parte importantísima del bullpen. Y seguro será el cerrador, en caso de reportarse. Si todas las piezas calzan, los Bravos ganan con este cambio; pero ¿y los Tiburones?
Entregar a un lanzador como Quijada puede parecer un exceso en un circuito como la LVBP. Pero la realidad reciente para La Guaira no es la de otros años. El cuerpo de relevistas de los litoralenses bien podría ser uno de los dos más nutridos y competitivos del presente.
El manager Oswaldo Guillén dispondrá, casi seguro, de Arnaldo Hernández, Jesús Pirela, Anthony Castro y Endrys Briceño para los innings finales. Eduardo Paredes, Karlo Seijas y Ángel Padrón vienen de hacer buen trabajo. Bradgley Rodríguez tendrá un año más de experiencia.
Los escualos pueden darse el lujo de entregar a Quijada, siempre y cuando lo que llegue a cambio sea bueno y diga presente.
Gabriel Arias puede ser ese «algo bueno». Si juega, claro. No lo hace en Venezuela desde 2018 y hasta hace muy poco tuvo estatus de prospecto en Cleveland. De hecho, en el Spring Training recibió la oportunidad de ganarse la titularidad con los Guardianes, disputa que perdió ante su compatriota y también guairista Brayan Rocchio.
Acaban de enviarlo a Triple A. Volvió a quedarse corto en su ofensiva y por primera vez parece haber bajado un peldaño en su estatus con la organización.
Si Arias deja de ser un grandeliga estable, si empieza una nueva etapa en la MLB, pudiera estar interesado en reportarse a la cueva derecha del estadio Universitario. Lo que parecía más que improbable para los Bravos, luce posible para los Tiburones, aunque no haya que darlo por seguro todavía.
La Guaira tiene un posible quebradero de cabeza por delante. Ya Maikel García adelantó que no considera factible ser parte de la 2024-2025, por su trabajo con los Reales de Kansas City. Y Rocchio se ha ganado la posesión del short en Cleveland, lo que debería alejarle definitivamente de los salados. Para defender la corona, habría que sumar a un infielder de la categoría del recién llegado aragüeño.
Arias acaba de declarar que quiere jugar. Esperaremos a octubre o noviembre, para comprobarlo. Pero si en verdad lo hace, habrá compensado la cesión de Quijada. Porque es un campocorto de buenas manos y perfil ofensivo, que debería aprovechar las dimensiones del estadio Universitario para brillar. Mientras no vuelva a ser el que fue para su escuadra en la MLB, se abre la posibilidad para que cancele sus viejas deudas con los salados en la LVBP. De ser así, esto podría ser un pacto ganar-ganar.
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Foto: captura de MLB Network