El país permanece conmocionado por los hechos de maltrato psicológico, que los estudiantes reciben a lo largo de su instancia como residentes de medicina en las distintas universidades de carácter público y privado.
El caso de la doctora Catalina Gutiérrez sacó a la luz la historia de Johan Sebastián Castellanos Romero, un estudiante de medicina de la Universidad de los Andes, en Bogotá, quien se quitó la vida el año pasado. Una de las circunstancias alrededor de su caso es que sufría matoneo en la institución.
Sebastián venía de una familia humilde en Paipa, Boyacá, y decidió trasladarse a la capital colombiana tras obtener una beca para cumplir el sueño de ser médico. A él le tocaba poner dinero porque la beca no cubría el total de la carrera, y la única forma de hacerlo era trabajando en un call center para lograr solventar los gastos.
No obstante, la falta de recursos económicos hizo que él pausara sus estudios en repetidas ocasiones, mientras los demás alumnos avanzaban con normalidad. Ese fue el principio de una tormentosa vida, acompañada de presuntos malos tratos y abusos por parte de algunos de sus compañeros y profesores de la universidad.
Oliva Romero, la madre Sebastián, le dijo a Semana que “hubo persecución por su condición económica, porque él se puso a trabajar en un call center para comprar sus cosas y no sentirse tan menos. Pero él no era aceptado (en la universidad)”.
Además, lo empezaron señalar como el responsable de enviar un correo anónimo a la universidad, indicando que una docente de Patología permitía que los estudiantes hicieran trampa en los parciales.
“Él me decía que estaba presionado, que nadie lo quería, que lo rechazaban y que había un grupo de profesores, en especial esa profesora, que lo trataba mal, lo hacía sentir mal y le gritaba al frente de todos que con él era muy fácil acabar”, agregó la madre al medio de comunicación.
Aunque doña Oliva advirtió a la institución sobre lo sucedido con su hijo, al joven se le empezaba a deteriorar la salud mental, pues ya no comía, sentía zozobra y adelgazó. Sebastián fue internado por una semana en una clínica y recibió medicamentos para la depresión, pero el acoso continuó generando en él un pensamiento relacionado con la muerte.
El 9 de septiembre de 2023, Johan Sebastián subió un video a sus redes sociales, enviando un mensaje a su mamá para que lo perdonara por lo que estaba a punto de hacer: terminar con su vida. Cuenta Semana, quien tuvo acceso al video, que el joven estaba en un hotel de Cartagena y su último deseo fue ser cremado.
“Hola, esta es mi despedida. Hice una lista de cosas que debía decir, pero es casi que imposible seguir. Supongo que voy a empezar por la persona más importante, que es mi mamá: te amo y perdón. Solo ya no aguanto más. No creo poder. A mis pocos amigos y los únicos que pude mantener, gracias.Te amo, ma”, fue el último mensaje, según indicó el medio bogotano.
Hace poco, Doña Oliva envió un derecho de petición a la universidad, y la respuesta que obtuvo fue que este año han sancionado a nueve personas por conductas de acoso, maltrato, amenaza y violencia de género. No dieron más detalles sobre Johan Sebastián.
EL COLOMBIANO intentó establecer comunicación con la Universidad de los Andes, pero hasta el momento no contestaron.
Los expertos en psiquiatría y psicología señalan que la causa de un suicido pocas veces es una sola situación determinante, sino más bien la reunión de varias experiencias tormentosas en diferentes áreas que pueden hacer la vida poco esperanzadora. Varios médicos residentes han pedido cambiar los modelos de educación y esta semana hicieron un plantón en la Universidad Javeriana para protestar por el suicido de Catalina. Los casos de denuncias de acoso y maltrato son numerosos.
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