Fernando Alonso ha decidido dar un paso este fin se semana en el Gran Premio de Miami, ante la diferencia de criterio con la que es tratado por los comisarios de la FIA, cuando él está involucrado en un accidente o cuando lo están otros pilotos, como sucedió en el Sprint del sábado con Lewis Hamilton.
El piloto de Aston Martin estuvo reunido ayer con el presidente de la Federación Internacional, Mohammed ben Sulayem, según ha informado el enviado de la cadena COPE y de MARCA, Carlos Miquel. Parece que el asturiano le ha expresado su preocupación por la forma en la que son valoradas sus maniobras y su forma de pilotar, siempre castigadas sin observar ninguna consideración eximente.
Así ocurrió en Australia, donde le cayeron 20 segundos y tres puntos en la Superlicencia, por conducción potencialmente peligrosa frente a Russell, que acabó estrellado y volcado en la pista por un error propio. El mismo piloto inglés reconoció 15 días después que iba “mirando el volante y cambiando unas cosas, cuando me encontré encima del coche de Fernando”. No iba atento, pero eso no fue tomado en consideración, cuando estamos hablando de ¡carreras de automovilismo!
En China, en una acción al límite con Carlos Sainz y cuando ambos tenían los neumáticos muy degradados en el Sprint del sábado, Alonso tocó ligeramente el Ferrari del madrileño, lo que además le causó un pinchazo a su Aston y la retirada. Ya había abandonado, pero eso no evitó que le impusieron 10 segundos de sanción y otros tres puntos en su carnet, donde con 12 en un periodo de 12 meses, sería suspendido una carrera.
Otros, por acciones mucho más graves apenas se han llevado dos puntos de penalización y Hamilton, ni eso, pues su acción al llevarse a tres coches, dos de ellos sin poder continuar, no supuso ni una reprimenda para el inglés por conducción “temeraria”. Así lo catalogó Lando Norris, uno de los afectados.
No aceptan la petición de revisión de Aston Martin
La no aceptación de la FIA de la revisión de la sanción en China, que pidió Aston Martin este fin de semana y de la cual la FIA ni siquiera ha contestado oficialmente en su tabla de comunicados y la acción de Lewis, que cogió a Fernando como sandwich en una partida de bolos, han decidido a Alonso a expresar su malestar al máximo responsable de la FIA.
En la guerra interna de la FIA y de esta con la F1, donde las relaciones que no son buenas, Mohammed ben Sulayem fue acusado este año de tratar de influir en decisiones de los comisarios en 2023, en otro caso como el de Alonso en Arabia y el pasaje del gato tocando su coche sin trabajar en él. Al final dieron marcha atrás y le restituyeron el podio que le habían dado a George Russell. Pero un trabajador de la FIA se quejó de llamadas telefónicas del presidente para tratar de influir, cuando hace un mes quedó claro que no fue así tras una investigación interna de la propia Federación.
Un Sprint devaluado
Con lo que pasó en el primer Sprint del año y la sanción a Fernando, el formato va a quedar como una sesión más de libres, pues como dice el propio Alonso, “No sirve para nada. No nos permiten luchar así que lo tomamos para mejorar cosas para la carrera”. La F1 debería estar atenta al criterio dispar de los comisarios FIA, que cada Gran Premio cambia su panel de jueces y cuya forma de resolver no tiene nada que ver con la de los anteriores.
No se sabe donde acabará esta queja de Alonso al presidente, que ya tenía hace dos años la idea de crear un cuerpo de comisarios específico para la F1, un cuadro permanente formado expresamente para eso y no por expilotos, como Jhonnie Herbert, que además tiene una animadversión declarada en televisión hacia el asturiano.
En un deporte en el que se juega tanto en lo económico, no es de recibo que la justicia recaiga en aficionados o pilotos de diversas modalidades o de una época en la F1 en la que los coches no tenían nada que ver con los actuales. Hay mucho en juego.