Cuando el Barcelona se gastó 30 millones fijos además de comprometer 31 más en variables para traer a Vitor Roque muchas voces se alzaron diciendo que Marc Guiu, que era de la casa, podía hacer perfectamente y por menos dinero el papel del brasileño. Ahora, cuando se confirme la salida de Guiu del club por seis millones (una décima parte de lo que podrían gastarse en Roque) la presión para el brasileño aumentará.
A nadie se le escapa que Deco tiene en la llegada del delantero brasileño una mancha en su historial. Puede que, tal y como aseguran algunas personas de la dirección deportiva, Xavi nunca creyera en él, pero si escuchamos al entorno del técnico de Terrassa aseguran que el jugador brasileño no daba el nivel para jugar en el Barcelona.
Ahora, sin Xavi, le queda la herencia a Hansi Flick, que parece que se lo compra todo a Laporta y a Deco y que está dispuesto a trabajar con lo que tenga. No parece que vaya a tener a Marc Guiu, cuya salida del Barcelona es cuestión de días y le faltará decidir qué hacer con Roque.
Con Lewandowski en el equipo es difícil que el brasileño tenga minutos. Se valoran cesiones o incluso un traspaso que dejaría en muy mal lugar la primera operación de Deco como director deportivo.
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