En las últimas horas los organizadores de los Juegos Olímpicos de París pidieron disculpas a los católicos por la recreación que hicieron en la ceremonia de inauguración del famoso cuadro de Leonardo Da Vinci ‘La última cena’.
“Nunca hubo intención de faltar al respeto a ningún grupo religioso. Toda la ceremonia intentó celebrar la tolerancia comunitaria”, afirmó la portavoz olímpica Anne Descamps en una rueda de prensa. En cualquier caso, quiso pedir disculpas a todos aquellos que se hayan podido sentir ofendidos. “Lo lamentamos mucho”.
Descamps no fue la única en tomar la palabra. Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia de apertura, también se pronunció al respecto. Jolly explicó cual era su intención y lo que intentó representar en esa escena tan polémica de la ceremonia.
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“La idea era representar una gran fiesta pagana, vinculada a los dioses del Olimpo y, por tanto, a los Juegos Olímpicos”, señaló Jolly, que negó además que se inspirara en ‘La última cena’. “Es Dionisio llegando a una mesa. ¿Por qué está allí? Porque es el dios de la celebración en la mitología griega. Creo que es bastante obvio que la obra de Da Vinci no es mi inspiración”, apuntó. “Nunca encontrarán por mi parte ningún deseo de denigrar nada”, sentenció Jolly.