Por Ignacio Serrano
Las Águilas y los Tigres cerraron un cambio por 10 peloteros la semana pasada. Y aquí nos faltaba analizar cuánto ganan y cuánto pierden los rapaces con ese pacto. Así que empecemos.
Hagamos memoria primero. Zulia obtuvo a los pitchers Yonny Chirinos, Jorgan Cavanerio, Luis Ávila y Jean Cabrera, además del campocorto y súper prospecto Jhonny Level. Por ellos, entregó al jardinero Alberth Martínez, al infielder Jorvit Vivas y a los lanzadores Aldry Acosta, Carlos Betancourt y Gregory Infante, que pasaron a Aragua.
La polémica aquí está en la entrega de Alberth Martínez. Lo obtuvieron hace semanas en otro cambalache con los Navegantes del Magallanes. Todos lo veíamos como el sustituto natural del slugger Ángel Reyes, entregado a los turcos en ese canje. Pero ahora jugará en Maracay.
La historia con Martínez tiene varios ángulos.
Se rumoró, sin citas oficiales, que él no quería mudarse a Maracaibo. Un vocero de las Águilas declaró a El Emergente, con elegancia, que su salida a través de este cambio nació de otras necesidades de la divisa, no por una queja. Y el propio jugador declaró luego a la periodista Georgeny Martínez que sí, que prefería jugar en el centro del país, pues en caso contrario pasaría todo el año sin ver a su familia; pero que de todas maneras estaba dispuesto a jugar con el Zulia, de no haber ocurrido este traspaso.
Sea lo que fuere, hay que analizar los hechos consumados. Y eso es lo que haré a continuación.
¿Pueden perder los rapaces a Reyes y al mismo tiempo entregar a Martínez sin que éste llegue a jugar? Visto lo que pasó el año pasado y el roster de criollos, pudiera que sí, si el botín es bueno.
Es una realidad que el rendidor Reyes tuvo una mala cosecha en la 2024-2025. Ligó para .231, con 3 jonrones y apenas .631 de OPS. No parece ser una exageración decir que pueden cubrir su falta de producción del mismo modo que en el torneo anterior.
En principio, no habrá restricciones para Osleivis Basabe, Simón Muzziotti, Yonathan Perlaza, Luis Castro, José Pirela ni Andrés Chaparro. Todos pueden aportar extrabases. Y lo mismo los receptores Héctor Sánchez y el grandeliga José Herrera.
Como también jugará Alí Castillo, también parece evidente que el bigleaguer Jorbit Vivas volvería a tener problemas para jugar. Hace un año hasta se marchó a su casa, porque no aparecía nunca en el lineup. Y el nuevo bigleaguer Kenedy Corona también estará disponible. Eso justifica salir de Vivas en esta transacción.
Zulia clasificó por primera vez en mucho tiempo sin que aquellos dos actuaran de manera decisiva. Así que no es un exceso sacrificarlos, pensando en que ya hay suficiente ofensiva tanto en el cuadro como en el outfield, potencialmente hablando.
La motivación para este pacto es mejorar el pitcheo. Porque el único jugador de posición que llega aquí es Jhonny Level. Además, tiene 18 años de edad, apenas está en Rookie y, aunque recibió un bono millonario, no será de ayuda decisiva por ahora. Quizás lo veamos estrenarse en el Luis Aparicio, como antes vimos a José Salas, Jackson Chourio, Ethan Salas o Jaison Chourio. Pero su hora, si llega, llegará después.
¿Qué obtienen entonces para reforzar su pitcheo, las Águilas, con el este cambio?
Yonny Chirinos es la pieza más importante. Pasó por las Grandes Ligas hasta 2024 y dominó la LVBP las pocas veces que lanzó aquí. Es abridor, zuliano, nativo de Bachaquero, y quiere ponerse la camiseta naranja de los rapaces.
Parece un cuadro ideal, salvo por un detalle. Aunque Chirinos ya no pertenece al sistema MLB, su contrato en Asia le aleja del Caribe. Si se reporta, será un inmediato candidato al premio Pitcher del Año. Pero, ¿sí podrá lanzar?
Los jóvenes Luis Ávila y Jean Cabrera son talentos emergentes en el sistema de los Filis. Tienen condiciones, capacidad ponchadora y juventud. También tienen restricciones. El primero es relevista. El segundo es abridor, y ya casi toca las Mayores. Como Filadelfia ha impuesto limitaciones severas a sus lanzadores venezolanos, acá también hay que esperar.
Los aguiluchos confían en que ambos trabajarán al menos durante un puñado de juegos en la ronda eliminatoria. Pero parecen ser realistas en cuanto a que no obtendrán mucho más que eso en la 2025-2026.
Acá hay dos filones que evaluar. Si Cabrera no triunfa en el sistema MLB, pudiera convertirse en un abridor del tipo Horacio Estrada, Raúl Rivero o Félix Doubront. Y lo mismo pasará con Chirinos si éste se desvincula de Asia. Eso le daría dos brazos muy interesantes a los occidentales, alrededor de los cuales construir una sólida rotación, a la espera de ver qué sucede con Mario Sánchez, ahora lesionado. Pero eso parece ser un panorama para otros campeonatos.
Queda una pieza más: Jorgan Cavanerio. Es un pitcher que come innings desde el bullpen, que puede relevar en el sexto inning y también cerrar encuentros. Tiene la capacidad para sacar más de tres outs en cada relevo, pero viene de poner 7.15 de efectividad con los Tigres. Pese a ese registro, a menudo se lució como cerrojo. En Maracaibo esperan sacar lo mejor de él.
Cavanerio reemplazará a Aldry Acosta, de muy buen desempeño en la 2024-2025, tras pasar discretamente por los Tiburones. Acosta ahora es de los Tigres y con él se fueron Carlos Betancourt y Gregory Infante, que perdieron efectividad en los años recientes y buscarán reencontrarse en Aragua.
¿Pierde el bullpen de las Águilas a corto plazo, al entregar tres relevistas veteranos en este cambio y obtener a solo uno? Es debatible. Porque Cavanerio pudiera recuperarse al lanzar en el Luis Aparicio, una plaza favorable a los pitchers. Y tanto Betancourt como Infante dejaron de ser cruciales en Maracaibo.
A largo plazo, pudiera ser otra cosa. Porque a corto es necesario que Chirinos quede liberado de restricciones y que Ávila y Cabrera no se vean limitados desde Filadelfia, mientras se le da tiempo a Level para crecer y convertirse algún día en otro Freddy Galvis.
Este no es un cambio malo, a priori. Zulia consigue gran talento, potencialmente hablando. La duda está en cuándo podrá disfrutar de ese talento enorme que ahora forma parte del roster. Cavanerio es la única garantía y no deja de ser un acertijo a resolver a finales de año. Pero tampoco es inmensa la pérdida en el relevo. Todo dependerá de cuánto jueguen los recién llegados. Veremos.
LEE TAMBIÉN:
O revisa aquí el archivo general de columnas.
Foto: prensa Tigres de Aragua