Con un remate brillante en la prueba de los 800m y un tiempo de 1:45.39, José Maita parecía colgarse el oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, San Salvador 2023, Sin embargo, una protesta de República Dominicana provocó que fuera descalificado. Entre el asombro y la impotencia, el venezolano prometió volver más fuerte. El camino fue duro, pero cumplió, tanto que selló su clasificación a París 2024, su primera cita olímpica.
El oriental, de 26 años, que corre siempre con lentes de sol y cambia el color de su cabello para cada competencia, hizo la marca mínima (1:44.70) en el Campeonato Nacional de Atletismo, que se celebró en el estadio Brígido Iriarte, del 27 al 29 de junio, justo un día antes del cierre de los rankings internacionales. Cuando cruzó la meta el reloj marcaba 1:44.57 y su sonrisa era difícil de ocultar, sabía que se había cumplido.
Al echar la mirada hacia atrás es inevitable hablar de San Salvador como la parada que marcó un antes y un después en el ciclo del velocista, que antes de eso había ganado plata en los Suramericanos, Asunción 2022.
“Los Centroamericanos fueron un bajón demasiado fuerte, me desconcentró muchísimo. Tanto que después fui a un campeonato suramericano y me fue super mal a pesar de llegar con la mejor marca de registro… Verte ganador y que luego te quiten tu medalla es muy difícil de asimilar”, admitió Maita, que entonces fue descalificado por supuestamente tropezar cerca del final de la carrera al atleta de Dominicana.
El entrenador César Martínez entendió que de ahí en más el trabajo psicológico sería el más importante. Recuperar la confianza del criollo era clave para tener éxito en los Panamericanos, Santiago 2023, mantener vivas sus aspiraciones olímpicas y evitar que renunciara a su carrera deportiva.
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“Trabajé mucho con el psicólogo, me ayudaron a entender las cosas de mejor manera… Cuando me paré en los Panamericanos, lo dudé, porque es un compromiso muy duro, hay mucho más nivel, pero siempre mi mente me dijo: si puedes, trabajaste para esto”, contó Maita, que por supuesto necesitaba demostrar que era un justo ganador.
“Salí a correr con todo, entre más me acercaba al final más fuerte me sentía y me decía a mi mismo que no podía perder, tenía que ganar. Eso me ayudó a echar ese remate final y ser campeón, de verdad, fue una alegría indescriptible. Mi llama olímpica revivió”, insistió.
Aquel oro panamericano, que consiguió con una marca de 1:45.69, no solo despejó las dudas de terceros y las de él mismo, sino que lo animó -hasta lo último- a buscar la marca mínima para los JJOO.
“Me tracé una meta, no quería entrar por ranking, debía hacer la marca. Tenía una ligera presión porque (el Campeonato Nacional) era la última bala, pero recordé mis entrenamientos, en los que dominé esa marca y cuando salí a correr me sentí cómodo, sabía que lo iba a lograr”, afirmó el también medallista de plata de los Suramericanos, Asunción 2022.
“Cuando vi los metros finales, apreté y lo logré. Hoy más que nunca creo que nunca se debe dejar de luchar por los sueños”, añadió, prometiendo que esto es solo el comienzo de una nueva etapa en su carrera.
De acuerdo con el Comité Olímpico Venezolano, Maita será el cuarto criollo que dispute la prueba de los 800 m en unos JJOO, el primero desde Eduard Villanueva en Beijing 2008.
Para prepararse tiene contemplado hacer una base de preparación en España para llegar en las mejores condiciones a la capital francesa, donde correrá con la crema y nata del atletismo mundial.