En apenas unas semanas, el optimismo que impulsó a bitcoin a récords históricos se ha desvanecido, mientras las bolsas del mundo se tambalean ante una tormenta económica desatada por las políticas comerciales del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Lo que comenzó como una promesa de prosperidad bajo su liderazgo se ha transformado en un escenario de incertidumbre, con inversionistas replegándose y activos financieros cayendo en picada.
Desde que Trump asumió el mando el pasado 20 de enero, los mercados han vivido una montaña rusa. Bitcoin, que alcanzó un máximo histórico de 109.300 dólares en el día de su investidura, se ha desplomado hasta niveles no vistos desde noviembre de 2024.
En paralelo, la capitalización total del mercado de criptoactivos ha pasado de 3,7 billones de dólares a 2,6 billones en poco más de cinco semanas. Mientras tanto, las bolsas globales reflejan un nerviosismo creciente ante las decisiones que salen de Washington.
Una guerra comercial que no da tregua
El epicentro de esta sacudida está en la estrategia de Trump de intensificar la llamada «guerra de aranceles». Desde su campaña, el mandatario prometió proteger la economía estadounidense con medidas proteccionistas, y ahora cumple su palabra.
En principio, anunció aranceles del 25% sobre productos provenientes de Canadá y México, aunque su implementación se postergó hasta el 2 de abril, como lo reportó CriptoNoticias.
A esto se suma un gravamen adicional del 10% sobre importaciones chinas, lo que llevó a Pekín a responder con la advertencia de tomar «todas las medidas necesarias» para contrarrestar el impacto.
Sin embargo, el golpe más reciente llegó el pasado miércoles, cuando Trump reveló planes de imponer aranceles del 25% a las exportaciones de la Unión Europea. Según el presidente, esta medida responde a que el bloque europeo «se creó para fastidiar a Estados Unidos».
El anuncio desató una ola de ventas en los mercados, con los inversionistas anticipando una escalada en las tensiones comerciales que podría afectar a dos de los socios más importantes de Estados Unidos. La incertidumbre se apoderó de Wall Street, y el eco se sintió en los mercados de bitcoin y criptomonedas.
Bitcoin cae y los inversionistas dudan
En la jornada de este viernes 28 de febrero, bitcoin perdió un 7%, ubicándose en torno a los 79.000 dólares, su nivel más bajo de 2025. Esta caída marca un retroceso del 25% desde el pico alcanzado tras la llegada de Trump al poder.
Aunque el presidente ha expresado su intención de convertir a Estados Unidos en «la capital criptográfica del planeta», los inversionistas no encuentran razones para confiar en esa visión por ahora. El sentimiento bajista se ha instalado, y la moneda digital lucha por mantenerse a flote.
La reacción de bitcoin no sorprende, ya que los mercados tradicionales se han visto afectados y, por ende, a activos considerados «de riesgo» como bitcoin también sufren. Las condiciones geopolíticas y la incertidumbre económica global suelen influir en su precio, especialmente en momentos de tensiones comerciales como las desencadenadas por las políticas de Trump.
Cuando los inversionistas perciben mayor inestabilidad, tienden a alejarse de activos volátiles como las criptomonedas y buscan refugio en opciones más “estables”, como el dólar, el oro o bonos del Tesoro.
Un indicador claro de esta desconfianza se observa en el desempeño de los ETF de bitcoin al contado en Estados Unidos, en los últimos días.
Estos fondos, que compran y mantienen bitcoin para respaldar sus acciones, han registrado salidas de capital durante ocho días consecutivos, totalizando 3.000 millones de dólares, de acuerdo a datos de Coinglass.
Cuando los inversionistas retiran su dinero, las gestoras venden parte de sus tenencias de bitcoin para cubrir esas redenciones, aumentando la oferta en el mercado. Sin una demanda suficiente para compensarlo, el precio de la moneda digital enfrenta una presión constante a la baja.
¿Corrección pasajera o crisis prolongada?
A pesar del panorama sombrío, estas correcciones no son nuevas para bitcoin. La moneda ha demostrado resiliencia en el pasado gracias a sus características intrínsecas.
Su escasez, limitada a un máximo de 21 millones de unidades, lo posiciona como una potencial reserva de valor a largo plazo. Además, su resistencia a la censura y su naturaleza inconfiscable lo convierten en un refugio atractivo en tiempos de crisis económica o política.
Por otro lado, bitcoin ofrece a los usuarios la posibilidad de mantener discreción sobre sus fondos, siempre que tomen las precauciones necesarias.
Esto lo distingue de los sistemas financieros tradicionales, donde los gobiernos pueden intervenir en las cuentas de los ciudadanos. Sin embargo, estas ventajas no han sido suficientes para frenar la caída actual, alimentada por un entorno macroeconómico hostil.
El horizonte incierto de los mercados
Mientras los aranceles de Trump reconfiguran las relaciones comerciales globales, los mercados financieros enfrentan un camino lleno de interrogantes. La combinación de políticas proteccionistas, respuestas de socios comerciales y un bitcoin en declive dibuja un escenario que pocos anticiparon tras la euforia inicial de enero.
Los inversionistas, ahora cautelosos, observan cada movimiento desde Washington, buscando señales de estabilidad en un mundo que parece tambalearse.