La irrupción de Guyana en el mercado de petróleo ha sido rápida y poderosa, sobre todo si se tiene en cuenta que este país no producía ni un barril de petróleo en 2015 y que el tamaño de su población apenas alcanza los 800.000 habitantes. Pocos habrían apostado que unos años después este país se convertiría en la principal fuente de ‘nuevo petróleo’ del mundo. No conforme con eso, esta semana se ha presentado un nuevo proyecto que de aprobarse podría incrementar todavía más las previsiones de producción de crudo del país. Hasta ahora, se creía que el techo petrolero de Guyana se establecería en alrededor 1,2 millones de barriles diarios, una cifra ya desorbitada para un país de su tamaño y cuyo petróleo solo se encuentra en aguas ultra-profundas. Sin embargo, un nuevo proyecto de ExxonMobil, llamado Hammerhead, podría llevar la producción hasta rozar los 1,5 millones de barriles de petróleo por día.
La historia petrolera de Guyana no tiene parangón en la industria del crudo. La producción de este pequeño país ha registrado un fuerte crecimiento en los últimos cinco años, tras producir su primer barril de petróleo en 2019 (hace ‘cuatro días’), el consorcio liderado por ExxonMobil ha seguido haciendo descubrimientos en el prolífico bloque Stabroek, donde las estimaciones actuales de recursos equivalentes de petróleo recuperables se sitúan en cerca de 12.000 millones de barriles, según la Agencia Internacional de la Energía.
La tercera unidad flotante de producción (FPSO por sus siglas en inglés), Prosperity, se puso en funcionamiento en diciembre de 2023. Ahora, se espera que en los próximos tres años se pongan en funcionamiento tres unidades FPSO más que ya están aprobadas con un total de capacidad de 750.000 barriles diarios (que se sumarán a los 650.000 barriles que ya produce Guyana). Sin contar con el nuevo proyecto de Hammerhead, la actual cartera llevaría la producción podría alcanzar un máximo cercano a 1,3 mb/d en 2028 antes de disminuir a 1,1 mb/d en 2030.
“Guyana, impulsada por el bloque Stabroek liderado por ExxonMobil, se ha convertido en un productor importante y los exploradores continúan encontrando nuevos recursos en sus aguas territoriales”, señalan desde la AIE en su último informe de petróleo. Muchos se preguntarán por qué Guyana está produciendo tanto petróleo en tan poco tiempo. El secreto es la estrecha colaboración entre Exxon y el Gobierno. Uno de los elementos que ha tenido mayor relevancia es que los descubrimientos están ubicados en el mar, lo cual agiliza significativamente los procedimientos administrativos, que son respaldados por el Gobierno de Guyana, el cual fomenta y facilita este tipo de trabajos e inversiones, explican los expertos del sector a elEconomista.es.
Hammerhead es la ‘guinda del pastel’
El proyecto Hammerhead será el séptimo que Exxon llevará a cabo en Guyana, en caso de que se cierre su aprobación y se confirme su desarrollo en los próximos años. Se trata del proyecto que menos producción generará de todos los que ha desarrollado Exxon, a excepción de Liza 1, el primero de la firma estadounidense en el país sudamericano. Según los cálculos de la petrolera, el proyecto generará 180.000 barriles diarios de petróleo cuando esté a pleno funcionamiento, en principio, en el año 2029 si todo va como espera la compañía estadounidense.
Así, la producción del país alcanzaría ese año los 1,5 millones de barriles diarios, el nivel de producción de un miembro importante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como Nigeria. Supondría duplicar los niveles de producción del país que se esperan para el año que viene.
Para Exxon, Guyana se ha convertido en un paraíso del petróleo, su fuente de producción de crudo más rápida en este momento, y con uno de los costes de extracción más bajos del planeta, del entorno de los 35 dólares el barril, según los datos que publica Bloomberg. Con estas cifras sobre la mesa, la intención de la petrolera es seguir invirtiendo todo lo posible en el país; Alistair Routledge, responsable de la compañía en Guyana, lo ha dejado claro esta semana, al declarar que “el objetivo en el que trabajamos es mantener la cadencia de nuevos proyectos”, que, hasta ahora, supone abrir una nueva zona de extracción cada 18 meses.
El hecho de que el último proyecto, Hammersmith, sea menos productivo de lo que lo fueron los cinco previos, no implica, como explica Exxon, que el país esté agotando su potencial de producción de petróleo a medida que se abren nuevos pozos. “Hemos planificado la solución adecuada para este recurso concreto, en esta región”, ha señalado Routledge. “Para conseguir otros recursos esperamos construir instalaciones más grandes”, explica.