Hace tiempo que se habla sobre el final de los combustibles fósiles, algo que podría concretarse pronto. Gran parte de este escenario tiene que ver con la urgente lucha contra el cambio climático y la necesidad de la humanidad de cumplir con las diferentes regulaciones ambientales que están apareciendo.
En estos momentos, las compañías y usuarios del mundo están frente a una presión nunca vista para abandonar tecnologías energéticas contaminantes que ocasionan daños en el medioambiente. Ya es innegable el declive de los combustibles fósiles, como el carbón o derivados del petróleo.
Estos combustibles tienen sobre sí la responsabilidad de gran parte de las emisiones globales de carbono. Usarlos de forma amplia ya no es una alternativa viable en el mundo que pide a gritos sostenibilidad. Las sanciones regulatorias para las empresas se tornan cada vez más severas, y los consumidores buscan con mayor frecuencia marcas con compromiso sostenible.
Sumado a esto, los costos operativos vinculados a estos combustibles están subiendo a causa de los impuestos al carbono y restricciones de mercado. Las empresas que no abandonen los combustibles fósiles podrían enfrentarse a escenarios verdaderamente desoladores, como pérdida de competitividad, multas ambientales o expulsión de licitaciones. A todo esto, ahora se le suman 2,2 billones de razones para abandonar definitivamente los combustibles fósiles.
Los combustibles fósiles agonizan: el momento sostenible que la humanidad busca desde hace años podría concretarse pronto
Tras hacerse públicas las trágicas consecuencias derivadas del uso de los combustibles fósiles, la inversión mundial en energía limpia llegará a los 2,2 billones de dólares en 2025. Este número representa el doble de la inversión realizada sobre los combustibles fósiles.
La previsión de inversión mundial de energía es que en 2025 llegue al récord de 3,3 billones de dólares, según un nuevo análisis de la AIE. En estas circunstancias, las tecnologías de energía limpia acapararán el doble de capital invertido que los combustibles fósiles.
Se estima que roce el número récor de 2,2 billones de dólares este 2025. Por su parte, la inversión en petróleo, gas natural y carbón será de 1,1 billones de dólares. Así quedó estipulado en el informe de la AIE sobre Inversión en Energía Mundial.
La evaluación resalta un cambio estructural en el destino del capital global. Por cada dólar que se invertirá en combustibles fósiles, dos irán a parar a tecnologías de energía limpia.
Ciñéndonos a los sectores más dinámicas, la energía solar fotovoltaica encabeza la inversión global, con una proyección de 450 000 millones de dólares, que se verán implementados en instalaciones a gran escala y techos residenciales.
Los inversores globales escogen las energías limpias por encima de los contaminantes combustibles fósiles
Sigue en la lista el almacenamiento en baterías, con 65 000 millones. También se espera una pérdida del 6% interanual en inversiones en petróleo, sobre todo en el sector de esquisto bituminoso de Estados Unidos.
Desde su lugar, la inversión en nuevas instalaciones de gas natural licuado (GNL) continúa en expansión, con importantes proyectos programados en Estados Unidos, Catar y Canadá. De esta manera, se anticipa un progreso récord entre 2026 y 2028. Las cosas están cambiando y los combustibles fósiles se están quedando atrás.
China se desliga poco a poco de los combustibles fósiles: la energía limpia es su nueva hoja de ruta
China ha sido registrado como el mayor inversionista energético. Su inversión duplica la de la Unión Europea y es similar a la suma de esta con la de Estados Unidos.
Con datos como estos sobre los combustibles fósiles y las energías limpias, el mundo está más cerca que nunca del objetivo trazado en la COP29 y que tan lejos se ha visto durante décadas.