El mercado de las telecomunicaciones en Colombia estaría más cerca de presenciar una de las movidas más prominentes de la historia reciente: la venta de la participación que tiene la española Telefónica en Colombia Telecomunicaciones (Movistar) a favor de Millicom, accionista controlante de Tigo.
Ambas partes llegaron a un acuerdo para que la compañía ibérica ceda su porción de 67,5% a cambio de US$400 millones; pero todavía falta el visto bueno para enajenar el restante 32,5% que le pertenece a la Nacióny que estaría valorado en unos US$200 millones. Aunque el Gobierno contrató una banca de inversión para ponerle precio a su fracción.
A juicio de diversos analistas, la venta de esa participación significaría un ingreso extraordinario para el Ejecutivo y daría oxígeno financiero, especialmente ahora que aumentó el déficit fiscal y ha tenido problemas para cumplir las metas de recaudo tributario.
Al consultarles a las marcas que viene con esta posible venta, Tigo indicó que todavía está en manos de las autoridades competentes, pero “Tigo y Movistar siguen siendo competidores en el mercado colombiano”.
Movistar aseguró que, por ahora, “los clientes continuarán recibiendo los servicios como ha ocurrido hasta ahora, sin disrupción alguna y sin necesidad de que realicen ninguna gestión adicional”.
Reconfiguración
Movistar tiene una cuota de mercado que supera 19% y es la segunda más grande, solo por detrás de Claro, con una que se acerca a 53%.
Aunque Telefónica y Millicom no han detallado el plan a seguir si les aprueban la operación, un nuevo jugador que integre a Tigo y Movistar tendría una participación por el orden de 37%; esto en un momento en el que este negocio está evolucionando globalmente hacia las alianzas o integraciones para manejar los altos costos de infraestructura.
Carlos Blanco, presidente de Tigo, había comentado que este es un sector altamente competitivo en el que los usuarios piden mejores capacidades en las redes; eso implica cuantiosas inversiones que no se amortizan fácilmente porque las tarifas deben ser atractivas para no perder clientes.
La salida de operadores o el ingreso de otros a reorganización empresarial, caso WOM, ha demostrado que no hay espacio para múltiples oferentes.
Sobre esa mutación en la competencia de los operadores, Blanco había señalado que “se necesita escala, que cada dólar de inversión sea amortizado por la mayor cantidad posible de clientes. Eso es lo que se ha conseguido con la consolidación de operadores”.
Desde que se había conocido la intención de venta, Blanco había enfatizado en que “si todo esto se da, entonces habría un operador que consolidará todas esas participaciones accionarias y sería un operador mucho más fuerte”.
Situación de la matriz
Al preguntar si esta transacción significaría la salida de Movistar, desde Hispam contestaron que siguen el lineamiento del grupo, por ello, la holding encargada del negocio en América Latina indicó que “está abierta a cualquier opcionalidad que construya valor a sus accionistas”.
El Grupo Telefónica tuvo pérdidas en 2024 que, al cambio de hoy, serían US$53 millones y está replanteando su estrategia comercial para recuperar las ganancias.
El conglomerado español, bajo la presidencia de Marc Murtra, busca acelerar su desinversión en América Latina, operación que tiene bajo la holding Hispam y que, exceptuando a Brasil, no ha generado buenos rendimientos en los últimos años.
Por ejemplo, la operación en Argentina, que ya se vendió a Grupo Clarín, arrojó pérdidas por US$1440 millones; en Perú totalizaron US$946 millones y allí solicitó concurso de acreedores; y en Chile sumaron US$474 millones.
Desde 2019, la compañía española había intentado vender sus activos latinos en bloque. Sin embargo, no tuvo éxito y ahora el plan consiste en enajenar cada operación de manera desagregada.
Aparte de Colombia, se sabe que Telefónica también espera salir de los activos que tiene en México y Uruguay.
También va por otro 50% de Tigo
El año pasado, el Concejo de Medellín aprobó la venta de la participación que EPM tiene en Tigo, pues la compañía de servicios públicos afirmó que este negocio no estaba dentro de su core y se había convertido en componente tóxico dentro de su portafolio, toda vez que no generaba utilidades y, por el contrario, demandan una inyección de capital para mantener la operación. Millicom también estaría interesada en quedarse con la porción que está en manos de su socia, valorada en $1,6 billones, y con ella quedaría con la propiedad de total.