Horas después de imponer fuertes aranceles a Canadá, el presidente Donald Trump planteó una cuestión que incluso los prestamistas estadounidenses, cuya causa defiende, consideran desconcertante: el acceso, o la falta de acceso, de los bancos estadounidenses al mercado canadiense.
El martes, Trump escribió en una publicación en Truth Social: “Canadá no permite a los bancos estadounidenses hacer negocios en Canadá, pero sus bancos inundan el mercado estadounidense”. Y añadió sarcásticamente: “Ah, me parece justo, ¿no es así?”.
Aunque este asunto no suele salir a relucir en conversaciones con algunos destacados ejecutivos bancarios estadounidenses, parece que el presidente lo tiene cada vez más presente.
Trump mencionó la cuestión bancaria de Canadá a principios del mes pasado como parte de una crítica más amplia contra lo que considera un equilibrio económico desigual entre Estados Unidos y su vecino del norte. Trump escribió en Truth Social que Canadá “ni siquiera permite a los bancos estadounidenses abrir o hacer negocios”.
He aquí la situación real de los bancos estadounidenses en Canadá:
¿Los bancos estadounidenses pueden operar en Canadá?
El sector bancario canadiense está dominado por los “seis grandes”, la media docena de instituciones que incluyen el Royal Bank of Canada y el TD Bank. Pueden recibir depósitos, conceder hipotecas y asesorar a clientes corporativos: todas las actividades básicas de los bancos. Y los clientes canadienses siguen prefiriendo de forma desproporcionada hacer sus operaciones bancarias en persona, en lugar de por internet, lo que significa que sería necesaria una presencia física importante para que cualquier operador intentara entrar en el mercado.