¿Sabías que aquellos hombres que besan a su mujer al despedirse cada mañana viven casi cuatro años más que aquellos que no lo hacen? Estas son las palabras de John Gottman, psicólogo americano que analizó en profundidad los beneficios de los besos y los abrazos en las relaciones sentimentales.
“El beso de seis segundos, que es el que nosotros recomendamos, tiene mucho más potencial que el beso rápido en la mejilla. Con un beso de al menos seis segundos o un abrazo de 20 se segrega la hormona de la oxitocina, responsable de crear sentimientos de seguridad y conexión”, explica.
Besos saludables
Los besos tienen múltiples beneficios para la salud, y mantener un contacto físico estrecho con tu pareja o un simple roce es capaz de despertar emociones fisiológicas muy beneficiosas. “Todo contacto físico es recomendable; incluso un gesto tan pequeño como que tu pareja te roce el brazo o te de la mano puede despertar miles de emociones“.
Los besos de al menos seis segundos dan tiempo a la generación de oxitocina, hormona que provoca bienestar, seguridad y conexión. “Si a los besos largos le sumamos una relación, en general, satisfactoria, tenemos el cóctel perfecto”, comparte Duchen. Además, pueden favorecer el encuentro sexual, que nos aportará aún más beneficios.
Mejoras en la relación
Las parejas que se besan y abrazan con una mayor frecuencia pueden llegar a mantener uniones más saludables, indica la experta: “Las muestras de cariño de este tipo son un factor fundamental para el bienestar e incluso la salud de las personas. Las caricias tienen un grandísimo valor, pero la intensidad del mismo también depende de la persona y de la conexión que sintamos con la misma”.
Este tipo de prácticas aumentan también la endorfina, hormona de la felicidad, que es completamente necesaria para nuestro bienestar como individuos. Su falta puede hacer que incluso caigamos en depresión.
Los besos son capaces de aumentar la conexión con nuestra pareja sentimental, y basta con esos seis segundos para que el cerebro se de cuenta de que estamos dando un beso y comience a segregar aquellas hormonas que nos producen bienestar.
“Besarnos de forma frecuente e intensa con la persona amada, aumenta considerablemente la salud física y psíquica, mejora nuestro humor y nuestra autoimagen, nos hace sentir acompañados y, en definitiva, mucho más felices. Todo lo que mejora la salud, alarga la vida“, concluye la psicóloga.