El primer atlas lunar en HD aspira a ser el manual de referencia para la comunidad científica y de cara a próximas misiones
Cuando China anunció sus planes para ir a la Luna, la atención del resto de las agencias ya no estaba en nuestro satélite, sino en objetivos más alejados. Puede, incluso, que ese afán de China por realizar misiones en la Luna fuera motivo de mofa tanto por el propio objetivo como por su capacidad. Tras 10 años de misiones y con éxitos que quedarán para la historia, como el viaje de ida y vuelta a la cara oculta, nadie se ríe ya de China.
De hecho, estas misiones han permitido un logro para la exploración lunar del futuro, ya que China ha publicado un detallado atlas lunar en el que se muestra la cartografía completa del satélite y varios niveles de detalle.
China y la Luna. En 1969, el Apolo 11 abrió la veda: llevó a los primeros humanos a la superficie de la Luna. Tras esa gesta, otras misiones espaciales llevaron personas al satélite y, en total, 12 astronautas son los que han podido disfrutar de esa experiencia. La última vez fue en 1972, año en el que la humanidad recogió muestras por última vez con la misión Apolo 17.
La comunidad científica volvió a mirar a la Luna para realizar fotografías, pero había otros objetivos en mente, hasta que China decidió redescubrir el satélite con sus misiones Chang’e. Y, en relativamente poco tiempo, el éxito del gigante asiático ha sido aplastante:
- Chang’e-1 (2007): orbitó la Luna y mapeó su superficie
- Chang’e-2 (2010): tomó imágenes de alta resolución del suelo lunar
- Chang’e-3 (2013): completó el primer alunizaje suave de una sonda china en la cara visible de la Luna (y el primero desde la misión soviética Luna 24 en 1976) y desplegó el rover lunar Yutu
- Chang’e-4 (2018): completó el primer alunizaje de la historia en la cara oculta de la Luna, germinó una semilla en el satélite y desplegó el rover Yutu-2
- Chang’e-5 (2020): recogió las primeras muestras lunares de la cara visible de la Luna desde la misión Apolo 17 en 1972 y las trajo de regreso a la Tierra
La cara oculta. El último éxito de China en la Luna es el de la misión Chang’e-6. Tras 53 días, la sonda (que también llevaba instrumentos de socios pakistaníes, suecos, italianos y franceses) regresó a la Tierra. Lo hizo con precisión quirúrgica y con algo fundamental en la bodega: las primeras muestras de la cara oculta del satélite. Tienen un enorme valor científico porque nos permitirá conocer más sobre la composición de la Luna, pero sobre todo, es una muestra de esa ambición del programa espacial chino.
Y más allá de esas misiones, otro logro conseguido por China este año y relacionado con la Luna es la creación del primer atlas lunar en alta definición. Hace unos años ya fueron ellos quienes consiguieron fotografiar por primera vez el lado oculto de la Luna, que es esa mitad que no es visible desde la Tierra, ya que la Luna siempre nos ‘muestra’ el mismo hemisferio. Y es la que ha obsesionado a China desde hace años. Un paso más era la creación de este atlas.
El atlas. Publicado hace unos meses por China, el Instituto de Geoquímica de la Academia China de Ciencias (o CAS) afirma que se trata de un instrumento de gran valor “para estudiar la evolución de la Luna, seleccionar el sitio para una futura estación de investigación lunar y utilizar los recursos del satélite. También puede ayudarnos a comprender mejor la Tierra y otros planetas del sistema solar, como Marte”.
En este atlas están mapeados 12.341 cráteres de impacto, 81 cuencas de impacto, 17 tipos de litologías y 14 tipos de estructuras. Es el primero en alta definición del mundo y cuenta con una escala de 1:2,5 millones. Ha sido elaborado por más de 100 investigadores durante una década -como leemos en Nature– y más allá de que sea cautivador, el objetivo es que sea un instrumento.
Mérito internacional. Cuenta con información geológica, litográfica y tectónica y Liu Jianzhong, investigador principal del Instituto de Geoquímica de la CAS resalta su importancia comentando que “el mundo ha sido testigo de un proceso significativo en el campo de la exploración lunar y la investigación científica durante las últimas décadas, lo que ha mejorado enormemente nuestra comprensión de la Luna”.
Jianzhong continúa diciendo que “sin embargo, los mapas geológicos lunares publicados durante la era Apolo no han cambiado durante aproximadamente medio siglo y todavía se utilizan para la investigación geológica lunar”. Eso quiere decir, según los investigadores chinos, que esos mapas no satisfacen las necesidades actuales y futuras de la exploración lunar. Es por eso que, desde 2012 han estado recopilando información para poder crear este mapa basándose tanto en la exploración china como en otros programas de exploración y resultados de investigaciones de misiones internacionales.
Mirando al futuro. Como decimos, la Luna se ha convertido en una obsesión del programa de exploración espacial de China, pero esto no se limita sólo al satélite. Como afirma Liu, esta información de los registros litográficos y geológicos del satélite “llena el vacío en la compilación de mapas geológicos de la Luna y los planetas, contribuyendo al estudio del origen y la evolución de la Luna y del sistema solar”.
Declaraciones aparte, China quiere que este atlas sea la piedra angular de próximas misiones y con esta información se podrán planificar mejor las rutas, las expediciones y hasta los lugares ideales de aterrizaje. Este conocimiento se ha alojado en una plataforma digital para compartir con otros investigadores (veremos si la NASA puede usar los datos, ya que las recientes políticas de Estados Unidos podrían ser un problema).
Ya hay quien está muy a favor en la comunidad internacional. Un ejemplo es el de Gregory Michael, científico senior de la Universidad Libre de Berlín, que afirma que el atlas “será un punto de partida para cada nueva cuestión de geología lunar y se convertirá en un recurso principal para los investigadores que estudian los procesos lunares de todo tipo”.
La bandera. Una nota curiosa es que China, al igual que Estados Unidos en su día, también dejó huella física en la Luna. Sí, la sonda Chang’e-6 también plantó una bandera y Zhou Changyi, del Centro Nacional de Ciencias Espaciales de la Academia de Ciencias de China, afirma que se mantendrá intacta durante, al menos, 10.000 años.
Ninguno estaremos aquí para verlo (a no ser que descubramos el secreto de la inmortalidad), pero esto es posible gracias a que está fabricada con un material que, básicamente, es una piedra: fibra de basalto.