Claudia C./ Aviación Digital, Sp,– El 12 de junio, a las 22:28 UTC, un evento fuera de este mundo —literalmente— sacudió tanto la Estación Espacial Internacional (ISS) como un hospital en Cádiz, España. Lo que comenzó como una tranquila transmisión rutinaria de la NASA, terminó en una confusión masiva que mantuvo a todos en vilo durante ocho minutos.
Un error de la NASA durante un simulacro hace saltar las alarmas en un hospital de Cádiz https://t.co/fRtI8YHZJC
— fermin gonzalez (@ferminglez) June 15, 2024
Todo comenzó con la retransmisión en vivo de la ISS, una práctica habitual para mantener informados a los cosmólogos, astrofísicos y entusiastas de la ciencia sobre las actividades a bordo. De repente, la señal se interrumpió y fue reemplazada por una pantalla negra, seguida de una voz que describía una emergencia médica alarmante: el comandante Matthew Dominick estaba sufriendo síntomas de la «enfermedad por descompresión en órbita», también conocida como la «enfermedad del buzo».
La enfermedad por descompresión es un problema serio que ocurre cuando un descenso rápido de presión provoca la formación de burbujas de gases inertes, como el nitrógeno, en los tejidos del cuerpo. Esta condición puede ser mortal si no se trata adecuadamente. En el audio, se escuchaba a un cirujano ofreciendo instrucciones urgentes, sugiriendo colocar al astronauta afectado en un traje espacial con oxígeno puro.
Cádiz al rescate
Lo que hizo aún más peculiar la situación fue la mención de un hospital específico en Cádiz, España. Una de las voces en el audio decía: «He encontrado un hospital en España que tiene instalaciones de cuidados intensivos y tratamiento hiperbárico. Es el hospital San Carlos en San Fernando (Cádiz)». El plan era que los astronautas regresaran a la Tierra en una nave Crew Dragon de SpaceX, amerizaran cerca de la Base Naval de Rota y trasladaran al enfermo al centro sanitario gaditano, y todo esto, iba a suceder en territorio español.
El hospital San Carlos de Cádiz, ajeno a toda esta simulación, se vio súbitamente implicado en un supuesto rescate de emergencia de un astronauta en apuros. La alarma cundió entre el personal, quienes empezaron a prepararse para recibir a un paciente muy especial desde el espacio.
La situación, que duró aproximadamente ocho minutos, fue finalmente aclarada por la NASA. En redes sociales, la agencia espacial explicó que el audio provenía de una simulación en tierra que se filtró accidentalmente durante la transmisión en vivo. No había ninguna emergencia real, y todos los astronautas a bordo de la ISS estaban sanos y seguros.
There is no emergency situation going on aboard the International Space Station. At approximately 5:28 p.m. CDT, audio was aired on the NASA livestream from a simulation audio channel on the ground indicating a crew member was experiencing effects related to decompression…
— International Space Station (@Space_Station) June 13, 2024
Este tipo de simulacros son rutinarios para los miembros de la tripulación de la ISS, quienes deben estar preparados para diversos escenarios de emergencia. Sin embargo, esta vez, la simulación llegó a oídos del público, desencadenando una cadena de reacciones y preocupaciones innecesarias.
Los simulacros en la ISS
Como es de esperar, la NASA realiza simulacros regularmente para asegurar que tanto la tripulación a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) como el personal en tierra estén preparados para cualquier tipo de emergencia. Estos ejercicios cubren una amplia gama de situaciones, desde problemas técnicos hasta emergencias médicas, y son diseñados para ser lo más realistas posible. Los astronautas practican protocolos específicos que pueden incluir la evacuación de la estación, el tratamiento de condiciones médicas graves y la coordinación con equipos de rescate en la Tierra.
En una situación real de emergencia médica en la ISS, la NASA sigue un protocolo estricto. Los médicos en tierra son notificados inmediatamente y evalúan la situación junto con la tripulación a bordo. Si la condición del astronauta es crítica, se puede considerar una evacuación de emergencia utilizando cápsulas de reentrada disponibles, como la Crew Dragon de SpaceX o la Soyuz rusa. El hospital más cercano y adecuado para tratar la condición específica del astronauta es identificado y se coordina con las autoridades locales para garantizar un traslado rápido y seguro desde el punto de aterrizaje hasta el centro médico.
En este caso, la elección del hospital San Carlos en Cádiz muestra la capacidad de la NASA para identificar rápidamente instalaciones médicas adecuadas en cualquier parte del mundo. Al parecer, la NASA no solo tiene un mapa estelar impresionante, sino también una guía Michelin de hospitales terrestres.
Un malentendido convertido en lección
Este incidente, aunque alarmante en el momento, sirve como un recordatorio de la importancia de los simulacros y de la coordinación internacional en las misiones espaciales. También destaca la necesidad de tener protocolos claros y efectivos para comunicar las diferencias entre una emergencia real y un ejercicio de entrenamiento.
Sin embargo, este error de transmisión no pasó desapercibido. Tanto los foros de aficionados a la ciencia como los medios de comunicación recogieron rápidamente la historia, difundiendo el incidente por todo el mundo. La confusión y el desconcierto inicial dieron paso a la curiosidad y, finalmente, al alivio cuando se confirmó que todo había sido un simulacro.
El miércoles por la noche, un usuario del foro de NASASpaceflight avisó a los demás usuarios de que algo “muy inquietante” estaba ocurriendo e… Vía: @xataka https://t.co/DfMLWxsHnI
— SoWhat?Entertainment (@Sowhatcolombia) June 15, 2024
El foro NASASpaceflight, en particular, fue uno de los primeros en informar sobre la situación, destacando la rapidez con la que la comunidad de entusiastas de la exploración espacial puede detectar y discutir estos eventos en tiempo real. La noticia también fue cubierta por varios medios de comunicación, que ayudaron a aclarar los hechos y a tranquilizar al público.
La Guerra de los Mundos
Este incidente recuerda inevitablemente a otro famoso evento mediático que ocurrió hace más de 80 años: la transmisión de «La Guerra de los Mundos» por Orson Welles. La noche de Halloween de 1938, una dramatización de la novela de H.G. Wells sobre una invasión marciana fue tan convincente que muchos oyentes creyeron que era real, desatando el pánico.
The covid-19 ‘pandemic’ was the Orson Welles’ War of the Worlds Broadcast on a world scale.
People taking propaganda as fact.
That means the propaganda was effective. pic.twitter.com/uB5sd78ya0— Juggernaut Vixxen (@TheJVixxen) June 15, 2024
La emisión, que comenzó con una serie de boletines de noticias interrumpiendo un programa de música, detallaba cómo los marcianos estaban atacando Nueva Jersey. La narración fue tan realista que las personas salieron a las calles, convencidas de que la invasión era verdadera.
El poder de los Medios de Comunicación
Ambos eventos, aunque separados por más de ocho décadas, subrayan el poder de los medios de comunicación para influir en la percepción pública. La transmisión de Orson Welles en 1938 y el simulacro de la NASA en 2024 son ejemplos perfectos de cómo un error o una dramatización convincente puede desencadenar una respuesta masiva e inmediata.
La transmisión de «La Guerra de los Mundos« es un claro ejemplo de la delgada línea entre la realidad y la ficción. A pesar de los avisos de que se trataba de una dramatización, muchos oyentes creyendo que una invasión extraterrestre estaba realmente ocurriendo.
El incidente de la ISS, aunque menos dramático, mostró cómo un simulacro de emergencia puede ser malinterpretado cuando se sale de contexto. En ambos casos, la falta de información clara y la naturaleza convincente de las transmisiones llevaron a reacciones exageradas.
Si Orson levantara la cabeza…
Si Orson Welles pudiera levantar la cabeza y ver el incidente del simulacro espacial, probablemente diría: «¡Bienvenidos al club!» Estos eventos nos recuerdan que, aunque la tecnología y los medios de comunicación han avanzado enormemente, la capacidad para causar confusión y pánico sigue siendo muy real.
Quién sabe, tal vez la próxima vez que se escuche una transmisión dramática, nos preguntemos si no es solo otro «Orson Welles» jugando con nuestra percepción de la realidad. Porque, al final y al cabo, el poder de los medios es tan grande que incluso la NASA puede acabar recomendando hospitales en Cádiz.