Hace una semana se desconocía la existencia del asteroide 2024 YR4 y la muy baja posibilidad de que choque contra la Tierra en 2032, pero las agencias espaciales anunciaron que ya tenían activados grupos de reacción para fijar su tamaño y trayectoria.
Todavía quedan siete años para que el asteroide pueda llegar a golpear la Tierra y los expertos no quieren mandar un mensaje catastrofista, pero, dado su tamaño y la posibilidad de impacto, que actualmente se cifra en el 2,2 %, es necesaria una vigilancia activa.
Por su tamaño y con una probabilidad de impacto superior al 1 % en un momento dado dentro de los próximos 50 años, 2024 YR4 cumple los criterios que han hecho que se activen dos grupos de reacción avalados por la ONU: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG).
De momento queda mucho por saber de 2024 YR4 y el impacto es improbable, pero de producirse, IAWN (presidida por la NASA) identificó como pasillo de riesgo el océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el océano Atlántico, África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.
2024 YR4 es un objeto “relativamente pequeño” por lo que si impactara con la Tierra, los daños podrían ser similares a los causados en 1908 por un meteorito en Tunguska (Siberia), donde arrasó una extensión similar a la isla de Gran Canaria con una potencia igual a 1.000 bombas atómicas.
Si la roca está por debajo de 50 metros, SMPAG recomendaría la evacuación de la zona de impacto, agrega el experto, y si superara ese tamaño se estudiarían además otras opciones.
La misión estadounidense DART ya demostró en 2022, con el impacto de una sonda contra el pequeño asteroide Dimorphos, que la tecnología del impactador cinético era viable para potencialmente defender la Tierra de la amenaza de un objeto procedente del espacio.