Como un lienzo urbano que se despliega a orillas del Mar Caribe, la avenida George Washington se ha convertido en el corazón palpitante de la capital dominicana. Con aproximadamente 15 kilómetros de extensión, no solo es un paseo marítimo, sino un crisol cultural, un espacio de encuentro y un imán para turistas.
Conocida como el Malecón de Santo Domingo, gracias a su estratégica ubicación, se ha erigido como uno de los mayores atractivos de la ciudad, ofreciendo a visitantes y locales experiencias que van desde la contemplación del horizonte marino hasta la vibrante vida nocturna.
A lo largo de su recorrido, con una combinación de historia, cultura y belleza natural, esta avenida ofrece una amplia gama de actividades para todos los gustos. Los amantes del deporte pueden disfrutar de un paseo en bicicleta, caminar o trotar, o simplemente relajarse en uno de los numerosos parques, como el icónico parque de la Playa de Güibia y la Plaza Juan Barón, con sus juegos mecánicos y establecimientos de comida rápida, convirtiéndolo en el lugar ideal para disfrutar en familia.
Gastronomía
Los entusiastas de la gastronomía tienen a su disposición una variada oferta de restaurantes, donde podrán degustar sabores locales e internacionales. Se destaca el icónico restaurante Adrian Tropical, con una propuesta que resalta la gastronomía regional, y platillos que van desde el mofongo hasta el solomo. Fijado junto al mar también está el restaurante M7, que ofrece un menú ítalo-mediterráneo, con variedad de pastas y pescados.
Ambos restaurantes se ven beneficiados por su ubicación frente al mar, y en el caso de M7, de su proximidad al Puerto de Santo Domingo, donde desembarcan los turistas traídos por los distintos cruceros, en especial los Ferries del Caribe.
Estar frente al mar y próximo al puerto nos ayuda bastante, ya que recibimos turistas de distintos lugares, sobre todo los que desembarcan de los cruceros. Recibimos mayormente de nacionalidad española, mexicanos y norteamericanos”, afirma Rosanna Balbuena, coordinadora del restaurante. Otra propuesta gastronómica es el restaurante “La Bendita”, que, con su ambiente acogedor y colorido, inspirado en algunos bares de Bogotá, Colombia, logra llamar la atención de los turistas de la zona a su cocina internacional.
Su propietaria, Sheila Bidó, destaca que la cercanía a puntos de interés turístico ha contribuido a su popularidad. Con una clientela diversa, este restaurante recibe aproximadamente 50 turistas por semana, quienes disfrutan de su comida, su atmósfera y la atención personalizada por parte de su dueña.
Cultura e historia
Además de la gastronomía, la George Washington alberga importantes monumentos que reflejan la historia y cultura dominicana. Uno de ellos es el monumento a fray Antonio de Montesinos, patrimonio cultural que consiste en una estatua de bronce y piedra caliza de quince metros de altura. Y, según historiadores, es conmemorado por haber denunciado públicamente la esclavitud de los indígenas.
Estos indican que, gracias a sus acciones, Montesinos se convirtió en una figura clave en la lucha por los derechos humanos en América, y ha servido de recordatorio de la importancia de la justicia y la igualdad. Su flujo de turistas es principalmente de los que entran por el puerto, quienes tienen la oportunidad de conocer un poco de la historia colonial.
Otro punto de interés cultural es el Obelisco Macho, que según el portal Ecured fue erigido en honor al cambio de nombre de Santo Domingo a Ciudad Trujillo en la época de la dictadura trujillista (1937). Sin embargo, una vez caída la dictadura, este monumento ha sido lienzo de reconocidos artistas, como Cándido Bidó, Amaya Salazar y Dustín Muñoz, quienes han contado relatos de la identidad dominicana, como la figura de las hermanas Mirabal, a través del muralismo expresado en este Obelisco.
Junto al Obelisco se encuentra el parque Eugenio María de Hostos, que, en 1937, cuando fue inaugurado, llevaba por nombre Parque Ramfis Trujillo. Una vez derrocada la dictadura se cambia el nombre del parque y se nombra en honor al educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos Bonilla, quien emigró y desarrolló su carrera en el país.
Este parque dispone de una extensión de 19, 568 metros cuadrados, de los cuales dos mil metros corresponden a área infantil. Cuenta, además de una gran fuente central, con áreas comunes para el disfrute de la familia.
Próximo a este parque se localiza el Ministerio de Cultura, que inicialmente era sede del Palacio del Partido Dominicano, fundado por el dictador Rafael LeonidasTrujillo en 1940 y única organización política de la época.
Otro punto emblemático es el Obelisco Hembra, también conocido como Monumento a la Independencia Financiera, ya que fue erigido en 1947 para celebrar el fin de la deuda del país con los Estados Unidos durante el régimen de Trujillo. El monumento está formado por dos monolitos y está situado próximo al fuerte San Gil. La proximidad de la avenida George Washington a la Ciudad Colonial facilita el acceso a extranjeros a un baño de historia y cultura dominicana.
También del lado este de la avenida, en el Centro de los Héroes, se encuentra el Pabellón de las Naciones, donde se localiza la popularmente conocida por los ciudadanos como “La bolita del mundo”. Este monumento fue construido por orden del dictador para conmemorar su 25 aniversario en el poder.
Más adelante se puede encontrar la Ciudad Ganadera, lugar de encuentro de ganaderos para celebrar la Feria Ganadera, pero que también ofrece una propuesta gastronómica basada en cortes de carnes frescas con su restaurante Rancho Steak House.
Turistas
Los guías turísticos juegan un papel esencial en la experiencia de quienes visitan esta vía. Estos organizan excursiones que permiten a los turistas conocer de manera profunda los puntos más emblemáticos de esta histórica calle, ofreciendo una narración detallada sobre la dominicanidad, convirtiendo cada parada en una experiencia educativa y envolvente.
Además, algunos tours incluyen visitas a los parques y restaurantes del área, donde los turistas pueden disfrutar de la gastronomía local mientras aprecian la belleza del Malecón.
José Manuel Martínez, guía turístico de la empresa Taíno Tours, explica que diariamente alrededor de 30 grupos de aproximadamente 50 turistas son llevados a esta zona a conocer y disfrutar por un precio entre US$55 y US$65.
“Este monto incluye paseo por el Malecón con parada en la Plaza de la Constitución y otros monumentos, y luego nos adentramos a la zona colonial, donde no sólo se toman fotografías, sino que también prueban nuestra comida en restaurantes dominicanos”, señala Martínez.
Algunos extranjeros utilizan el servicio de los guías, ya que podría ofrecerles un viaje seguro con visita a lugares específicos, como es el caso de Isabela Franco, visitante colombiana, quien entusiasmada indicó ser su primera vez en el país y por eso decidió viajar con guías.
“Nos hemos sentido muy seguras y acogidas. Nos recomendaron mucho venir a la capital y conocer el Malecón, y la verdad es que nos ha encantado”, explicó Franco, quien viajaba junto a su madre y hermanas.
Por su parte, otros prefieren aventurar de manera independiente y descubrir por sí solos esa parte del país. Así como Martha López, quien junto a su familia viajó desde Ecuador para vacacionar en las playas de Punta Cana, y decidieron salir del hotel a fin conocer la capital dominicana por su cuenta.
En cuanto a la oferta hotelera a lo largo de la avenida George Washington, esta es cada vez más variada y sofisticada, atrayendo a un público cada vez más exigente. Desde hoteles boutique con un encanto colonial hasta grandes cadenas internacionales con todas las comodidades modernas, la avenida cuenta con opciones para todos los gustos y presupuestos.
Muchos de estos hoteles ofrecen vistas panorámicas al mar Caribe, piscinas, spas y restaurantes de alta cocina. Además, su ubicación permite a los huéspedes acceder fácilmente a las principales atracciones turísticas de la ciudad, lo que los convierte en una base ideal para explorar Santo Domingo.
Hoteles como el Crowne Plaza, Hotel Sheraton Santo Domingo, Napolitano Hotel y Casino, Catalonia Santo Domingo y Renaissance Santo Domingo Jaragua Hotel y Casino ofrecen servicios de tres y cinco estrellas, según el portal de la Asociación de Hoteles de Santo Domingo (AHSD).
Estos hoteles, además de su atractivo turístico, son también centros para negocios y convenciones, ofreciendo instalaciones modernas y servicios especializados para reuniones corporativas.
La vida nocturna en el Malecón es vibrante y diversa, con una amplia oferta de entretenimiento como karaokes en la Plaza Juan Baron, películas en Cinema Centro, espacios de baile como el Corito Bachatero frente a la playa de Güibia y propuestas más sofisticadas como los casinos del hotel Renaissance y Napolitano.
Esta avenida no solo es un atractivo para turistas, sino también un espacio de reunión para los locales, donde se lleva a cabo el Carnaval de Santo Domingo, que llena de color, música y tradición esta vía. También ha sido el escenario de diversas celebraciones que reflejan la esencia cultural, desde el desfile militar del 27 de febrero, que conmemora nuestra independencia nacional, hasta los conciertos masivos de fin de año. El Malecón se convierte en un lugar donde locales y visitantes se unen para celebrar la dominicanidad.
Además de festividades, este punto de encuentro acoge también eventos deportivos, como maratones, así como ferias culturales y gastronómicas.
Historia del malecón de Santo Domingo
La historia del Malecón de Santo Domingo data de los años de 1910. Esa zona sólo era parte de la costa de Santo Domingo y era donde estaba la sede del matadero municipal y vertedero de la ciudad. No representaba o contaba como atractivo alguno.
Según el arquitecto Omar Rancier, esta panorámica comenzó a cambiar cuando en 1911 se construye el primer paseo costero llamado “Paseo presidente Billini”, que era una corta avenida costanera situada cerda de la desembocadura del río Ozama, entre las calles 19 de Marzo hasta la Espaillat y se componía de dos vías paralelas separadas por un núcleo central con árboles de almendros y una hilera de bancos.
Este lugar ganó popularidad por su atractivo, y se convirtió en un lugar de recreación para las familias dominicanas, señala en el vídeo “El Malecón SD. Su historia”.
Explica que ya para 1930, cuando el dictador Rafael Leonidas Trujillo asume el poder, el ingeniero Ramón Báez López hace la propuesta de construir una avenida en toda la costa de la ciudad. Los propietarios de casa vacacionales y otras construcciones presentaron oposición, ya que debían ceder parte de sus tierras y su acceso privado al mar.
Pese a las oposiciones, la Junta de Ornato de Santo Domingo dispuso dar inicios a los trabajos de construcción del primer tramo de la mencionada vía para finales del 1931. No obstante, al poco tiempo de iniciados los trabajos, el ingeniero López, encargado de los trabajos, fue sometido a los tribunales por los propietarios de los terrenos acusado de entrar a una propiedad privada sin previo aviso.
El arquitecto subraya que la manera del dictador lidiar con la situación fue colocando grupos de guardias armados para que no hubiera duda de que era una obra del gobierno.
Después de varios años de trabajo, la avenida fue inaugurada el 23 de febrero de 1936 en medio de una celebración con el nombre de George Washington, coincidiendo con el día del natalicio del primer presidente de Estados Unidos.
Rancier destaca que esta construcción le dio un perfil distinto a la ciudad, convirtiéndose en el gran espacio público de la ciudad, donde todas las actividades que realizaba el dictador terminaban con una manifestación o desfile en el Malecón.
A partir de allí, se fueron construyendo otros atractivos en esta avenida, como los Obeliscos Macho y Hembra, el parque Eugenio María de Hostos, el Palacio del Partido Dominicano, entre otros.